El pueblo final de Dios

En el capítulo 13 de Apocalipsis, se hace una pregunta en medio de la crisis final de la humanidad: “¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (vers. 4). La respuesta a esta pregunta es, por un lado, la descripción de los 144 000 fieles siervos de Dios, que tienen el nombre de Cristo y de su Padre en la frente, y que siguen al Cordero por dondequiera que va (Apocalipsis 14:16). Ellos son los que por la gracia de Dios, se atreverán a hacer frente a la bestia y a su imagen, y que se resistirán a recibir la marca de la bestia en sus “frentes o en sus manos, pues le entregan su lealtad suprema y su adoración a Jesús.

Por otro lado, y precisamente para hacer frente a esta crisis final provocada por el último ataque de Satanás contra la humanidad, pues “el diablo ha descendido a vosotros con gran ira sabiendo que tiene poco tiempo” (Apocalipsis 12:12), Dios envía sus últimos mensajes de misericordia a un mundo en rebelión: el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 13. Es un mensaje que invita a la humanidad a volver a la adoración a Dios por el hecho fundamental de que es el Creador, que anuncia la inminencia del juicio final de Dios, y que advierte sobre el peligro espiritual y eterno de asimilarse y someterse a los dictados de los poderes terrenales al servicio de Satanás.

Como resultado de estos tres mensajes angélicos, se “forma un pueblo de salvados que son “los que guardan los mandamientos dc Dios y la fe de Jesús” (vers. 12), reforzando la descripción que daba Apocalipsis 12:17 de la iglesia final.

En este conflicto final de la historia, el tema medular es si nos pondremos del lado de Dios en medio del terrible experimento de la rebelión, al habernos convencido de que él tiene razón, y si elegiremos, entonces ser hijos de Dios obedientes, sin importar las consecuencias. a la voluntad de Dios claramente revelada en su Palabra, especialmente a través de sus mandamientos. El tema neurálgico será si seremos de los que guardan la fe de Jesús, creyendo en lo que a enseño y sobre todo, creyendo en el cómo nuestro Salvador y Señor.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El Tesoro Escondido”
Por: Pablo Claverie